jueves, 1 de noviembre de 2012

Ave de noviembre: Mosquitero común

Algunas notas ante la llegada de los mosquiteros en invierno

     Con la llegada de los primeros fríos otoñales comienza a ser habitual la ocurrencia en muchos enclaves de la provincia de Salamanca de pequeños paseriformes como petirrojos, currucas capirotadas, bisbitas pratenses, lavanderas blancas (…) y mosquiteros comunes. La mayor parte de estas especies residen en la provincia en mayor o menor número, pero durante el otoño e invierno sus poblaciones se ven generalmente incrementadas con la llegada de nuevos ejemplares procedentes del resto del continente europeo.
Mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus). Foto Antonio Ceballos.

     De todas estas especies, siempre me ha llamado la atención el mosquitero común (Phylloscopus collybita) debido a la poca información sobre su estatus en gran parte de las provincias españolas, entre ellas la nuestra. Cualquier observador puede deducir que se trata de un invernante extendido, y en ocasiones abundante, debido a su presencia en una marcada diversidad de hábitats (parques, huertos, carrizales, dehesas, monte bajo, etc.), pero poco más. Durante los pasos migratorios surge la complicación de diferenciar entre mosquitero común (P. collybita) y mosquitero ibérico (P. ibericus) y durante el período reproductor (primavera tardía y primera mitad del verano) apenas hay citas de la especie en el territorio provincial.

     Hasta la publicación en 1996 en la revista Ibis de la revisión taxonómica de la superespecie Phylloscopus collybita, por parte de A. J. Helbig y colaboradores, no se separó a nivel de especie Phylloscopus ibericus de Phylloscopus collybita. Ello sin duda supuso una interesante invitación a replantear la distribución y fenología de las dos nuevas especies en la Península Ibérica. La consulta de diversas referencias bibliográficas permite extraer las siguientes conclusiones generales:
  •  El mosquitero ibérico (P. ibericus) durante el período reproductor es localmente abundante en las provincias atlánticas y cántabras de la Península Ibérica asociado a un bioclima eurosiberiano, con precipitaciones abundantes, y bien repartidas durante el año, y temperaturas suaves. Su abundancia en el resto del territorio es mucho menor, y parece estar ausente en las provincias orientales de la Península Ibérica. Durante el invierno migra hacia latitudes subsaharianas
  •  Por su parte, el mosquitero común (P. collybita) es abundante en el cuadrante nororiental de la Península Ibérica, en ambientes forestales frescos y montanos (robledales, pinares, bosques de ribera), en contraste con el resto de provincias españolas en donde aparece repartido de forma muy discontinua y escasa, en muchos casos acantonado en sotos fluviales altos y densos. Parte de esta población, perteneciente a la subespecie nominal (P. c. collybita), pasa el invierno en la Península Ibérica junto a otros individuos procedentes del centro y norte de Europa.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita). Foto Miguel Rouco.

     De los párrafos anteriores puede deducirse que el conocimiento sobre la distribución y fenología de mosquitero común e ibérico es limitado en gran parte del territorio peninsular. En el caso de la provincia de Salamanca, resulta significativo que el último anuario ornitológico publicado defina el estatus de ambas especies como “desconocido” lo cual invita a un atractivo ejercicio de prospección por parte de los escasos observadores que se mueven por la provincia. En este sentido me gustaría plantear una serie de breves reflexiones y sugerencias:
  •  Trabajos recientes de prospección sobre la presencia de ambas especies en la provincia de Salamanca durante el período reproductor señalan que mosquitero común y mosquitero ibérico son especies reproductoras muy escasas y dispersas, ocurriendo sólo en áreas con ombroclima húmedo y/o en bosques de ribera con estructura compleja. Esta circunstancia invita a valorar muy especialmente todas aquellas citas, con una identificación inequívoca de ambas especies, en el período comprendido entre el 15 de mayo y el 31 de julio, siendo de gran importancia la georeferenciación de la observación.
  •  Durante el paso migratorio (meses de marzo y abril) es posible observar con relativa asiduidad ambas especies en diversos enclaves de la provincia. Lo lógico es que la proporción de observaciones de P. collybita sea notablemente superior que las correspondientes a P. ibericus, aunque no se sabe en qué medida. Durante nuestras salidas primaverales podríamos afrontar el reto de tratar de responder a esta cuestión, asumiendo la enorme dificultad de diferenciar ambas especies salvo que reclamen o bien dispongamos de buenas fotografías para proceder a un análisis comparativo de sus rasgos físicos.
  •  Durante el período otoñal e invernal (desde noviembre hasta febrero) los mosquiteros que se distribuyen por el territorio de la provincia son comunes (P. collybita) y en un elevadísimo porcentaje pertenecientes a la subespecie nominal (distribuida por el centro y oeste de Europa). En este período el reto para el observador curioso y experimentado estaría en tratar de descubrir algún individuo de las subespecies abietinus (distribuida por el norte y noreste de Europa) o tristis (procedente de Siberia), siendo para ello esencial disponer de buenas fotografías y de una grabación o trascripción del canto.
Ya adentrados en el otoño, y con la perspectiva de un largo invierno, podríamos empezar por lo último. 


Antonio Ceballos Barbancho.

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