viernes, 23 de agosto de 2013

El convenio con el CTR va tomando forma

     Hoy, dentro del convenio con GIRSA, hemos pasado 8 horitas trabajando en el recinto del CTR de Gomecello, con un sol de justicia, colocando postes con cajas nido para lechuza (Tyto alba) y cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), que esperamos que cuando las utilicen actúen como control biológico de los bichitos que pululan por este tipo de instalaciones.

Hormigonando un poste.

     En jornadas anteriores ya habíamos elegido los lugares donde ubicarlos, y habíamos hecho los agujeros pertinentes, de unos 30 centímetros de diámetro y 90 de profundidad. Hoy hemos colocado las cajas nido, hemos colocado los postes en los agujeros y los hemos hormigonado.

Preparando el hormigón.
     Dentro del convenio, además de los postes con nidos, colocaremos un par de refugios para murciélagos, y haremos una serie de censos de las aves que se mueven entre el Centro de Tratamiento de Residuos y la Base Aérea de Matacán.

Buitre negro en vuelo. En principio pensé que llevaba marcas alares.

     Como nota pajaril, hemos detectado una bajada notable del número de milanos negros, hemos visto los primeros milanos reales, pero, lo más destacado ha sido la presencia de un par de alimoches camuflándose en los cicleos con un buen montón de cigüeñas y sobre todo media docena de buitres leonados, un par de ellos posados en un campo cercano, otros en vuelo, volando cerca de la basura, e incluso posados dentro del CTR, cerca del vaso de rechazos, como puedo certificar con mis mejorables fotos.

Otro de los negros posado en un campo muy cercano.

Texto y fotos: Miguel Blanco.

domingo, 18 de agosto de 2013

Otra jornada colocando postes

     Aunque no es el mejor momento para hacer esto, ya que el terreno está muy duro, y sería conveniente dejarlo para el otoño, ahora tenemos tiempo así que la mañana dominical la dedicamos a colocar una decena de postes como posaderos de rapaces.

En plena faena.
     En esta ocasión hemos contado con la colaboración del Ayuntamiento de Peñaranda de Bracamonte que nos ha cedido unos palos cortados a tres metros más o menos, de unos negrillos secos que los operarios habían cortado en el municipio. Además de contar con el permiso de los propietarios de las parcelas.

Poste colocado, nos vamos con la barra a hacer el siguiente agujero.
     En total hemos colocado diez postes, separados entre 70 a 100 metros uno de otro. Están colocados en agujeros del tamaño adecuado y una profundidad de unos 40 cm. Para dejarlos perfectamente fijados hemos utilizado piedras como cuñas y luego hemos tapado el hueco con la tierra que hemos sacado. La herramienta utilizada es una barra de hierro afilada en uno de los extremos. Con ella se pueden hacer los agujeros en profundidad, el problema es que urbanitas como nosotros no estamos acostumbrados a este tipo de herramienta, y en este momento algunos tenemos las manos llenas de ampollas. Es el precio que hay que pagar.

Uno de los postes, Peñaranda al fondo.

     Como ya hemos comentado anteriormente, el objetivo de la colocación es para que sirvan de posadero para rapaces, tanto diurnas como nocturnas, que actúen como control biológico de plagas. Se colocan en ambientes de estepa cerealista, donde los posaderos escasean.

     Como objetivo secundario, es el dar a conocer la iniciativa y que sean los propios agricultores los que hagan las actuaciones encaminadas a favorecer la presencia de predadores que vayan controlando poblaciones de especies como el topillo campesino. Si cada uno coloca dos, tres o cuatro postes en las lindes de sus parcelas, la proliferación será más efectiva que si los tenemos que ir colocando nosotros, que llegamos hasta donde podemos.

Un ratonero en uno de los postes colocados hace quince días.
     En la entrada anterior comentábamos la colocación de varios posaderos en un municipio cercano, donde a partir de entonces es habitual ver uno o dos ratoneros.


Texto: Miguel Blanco Sol.
Fotos: Miguel Blanco, Gonzalo Criado y Joaquín del Castillo.

lunes, 5 de agosto de 2013

Topillos, venenos y rapaces.

     Durante nuestras últimas salidas al campo dentro de la Campaña de Aguiluchos de este año, hemos detectado al menos dos busardos ratoneros (Buteo buteo) muertos en la zona donde ya hubo un envenenamiento bastante importante de rapaces hace unos meses.

Restos de busardo localizado en la zona de estudio.

     Como no hace falta ser muy sagaz para relacionar unos acontecimientos con otros, además de interponer las correspondientes denuncias ante el SEPRONA, nos lanzamos a iniciar un pequeño proyecto piloto en Ventosa de Rio Almar para la instalación de posaderos para rapaces, en un camino donde se han detectado bastantes huras de topillo campesino (Microtus arvalis).

     Hemos pedido permiso para poner en las cunetas de esas tierras, unos posaderos para rapaces diurnas y nocturnas, básicamente lo que hemos hecho ha sido colocar unos postes de madera de unos dos metros de altura, para facilitar a busardos, cernícalos y lechuzas principalmente, el acecho y captura de estos animales que tanto daño causan en las cosechas cuando llegar a ser considerados plaga.
Voluntarios colocando los postes.

     Con una primavera como la que hemos tenido y un verano como el que estamos teniendo es más que probable que llegue a crecer mucho la población de topillo así que hemos hecho la primera prueba en Salamanca de algo que ya vienen haciendo colegas nuestros de GREFA en Valladolid, Palencia y Zamora.

     Los posaderos son una ayuda para los depredadores naturales de esta especie, en lugares donde no existen ni postes ni lugares naturales que son los que utilizan las rapaces como oteadero de caza y hacen que las poblaciones se estabilicen y remitan a corto plazo cuando hay plagas y que cuando no las hay se mantengan dentro de los parámetros normales y eviten una explosión demográfica elevada. 

     Esto es lo que pasa en la comarca de Campos de Alba e incluso en Las Villas y por eso esta primera experiencia piloto, nos servirá para valorar si los resultados son positivos o no, y continuar con el proyecto si vemos que los resultados nos acompañan.
El resultlado, con los postes siguiendo el camino.

     Una lechuza, por ejemplo, puede comer del orden de 4 ó 5 topillos diarios, si extrapolamos los datos, podemos decir que cada familia de lechuzas, en un verano, se puede haber comido fácilmente entre 1500 y 2000 topillos, lo que hace que sean de los rodenticidas más eficaces y más baratos de nuestro campo.

     Muchos nos tememos que lo de los dos busardos muertos, sea porque los agricultores estén echando veneno del sobrante de las ingentes cantidades que la Junta de Castilla y León distribuyó gratuitamente durante la última plaga. A ver si entre todos somos capaces de educar ambientalmente a nuestros hombres y mujeres del campo y sobre todo a sus hijos, para que tengamos un futuro sin tantos productos nocivos en nuestra provincia.

Se colocaron de mañana, por la tarde ya estaban siendo utilizados, fuente Naturameteo.


Texto: Manuel Lorenzo.
Fotos: Gonzalo Criado, Miguel Blanco, Manuel Miguel.

jueves, 1 de agosto de 2013

Ave de agosto: Vencejo común

     El mes de agosto será el último de este año en el que veamos las siluetas con forma de misil y alas puntiagudas de los vencejos comunes (Apus apus) volando gritones por los cielos de nuestros pueblos y ciudades. Es esta un ave muy conocida entre la población, prueba de ello son los distintos nombres vulgares que recibe en la provincia como: arraclaje, arrejacle, arricángel, avión, avurrón, chirle, gorrión, guirri, guirrio o vencello.

     Es el vencejo uno de los últimos migrantes en llegar, la mayoría lo hace ya entrado mayo y es raro ver alguno pasado el quince de agosto.

Foto: Miguel Rouco.

     Se trata de una de las aves más veloces que existen, cuando comen vuelan a una velocidad de unos 40 kilómetros por hora, llegándose a medir velocidades de hasta 100 km/h, aunque cuando más rápido lo hacen es cuando se persiguen unos a otros, y esa es una velocidad que aún no se ha podido medir. He leído por ahí que se cogió un individuo en una torre de la iglesia de Tournai (Bélgica) y se llevó en avión hasta Londres. Regresó desde el aeropuerto de la capital inglesa en cuatro horas, lo que equivale a una velocidad media de 60 kilómetros/hora, siempre que el animalito se hubiese orientado inmediatamente y que el trayecto lo hiciese en línea recta.

Foto: Miguel Rouco.

     También es curiosa la forma que tienen de bañarse, en vuelo pasan al ras de láminas de agua y meten parcialmente la cabeza, para, ya en el aire empiezan un temblor que irá distribuyendo las gotas de agua por todo el cuerpo.

     El anillamiento ha demostrado que muchos vencejos adultos vuelven al mismo agujero donde anidaron el año anterior. Los jóvenes solteros, seleccionan un lugar, forman parejas, pero a pesar de que también construyen un nido, no se reproducen, lo ocupan en junio y julio y volverán a él la siguiente primavera si logran sobrevivir.

Típica imagen en vuelo.

     Pero sin lugar a dudas, uno de los aspectos que más llama la atención de la biología de este magnífico volador, es que pasan la mayor parte de su vida en el aire, sólo se posan para incubar y cebar a los pollos, el resto de su vida lo hacen en vuelo, incluido comer, beber, dormir o aparearse. Debido a esta superadaptación al vuelo, sus patitas han ido perdiendo tamaño y fuerza, de tal forma que si llegan a caer al suelo, les resulta casi imposible llegar a remontar el vuelo por esa desproporcionada relación entre las largísimas alas y las cortísimas patas. Si unido a esto, le añadimos que los pollos no hacen ejercicios de vuelo, simplemente cuando están preparados se tiran del nido y no vuelven a él nunca, el resultado es que algunos de esos pollos valientes calculan mal sus fuerzas y van a parar al suelo, y si tienen buena suerte, son recogidos por personas bienintencionadas que los sacarán adelante en su casa o lo trasladará a algún Centro de Recuperación, como el nuestro de Las Dunas, donde con gran esfuerzo son capaces de sacar adelante decenas de ellos.


Texto: Miguel Blanco.